domingo, 27 de mayo de 2012

Yo cansado, tu perdida.

Y en una milésima de segundo decides que tienes que escapar, que necesitas salir de estas cuatro paredes. Con mil salidas de socorro y sin poder coger ninguna, solo una. Una que da al mundo. Una ventana azul, que quizás no de al mar, pero es azul, quizás no este rodeada de verde, pero da a un árbol que va floreciendo tímidamente, con miedo a que el invierno vuelva a arrancarle las hojas, y deseando que llegue el verano.
En una ventana donde al menos puedes ver un cachito de cielo, donde los Domingos, solo se escuchan todos esos pájaros que callan el resto de la semana, o a lo mejor no callan, y somos nosotros los que vivimos demasiado deprisa como para escucharlos. Un lugar que has descubierto después de tres años aquí, intentando escapar, y al menos una parte de ti lo consigue, y por fin puedes respirar tranquila. En un rincón de tu mundo. Donde nadie te puede encontrar.

viernes, 25 de mayo de 2012

Me atropellas sin corazón en toda la razón.

Apenas hace una semana volvías a casa a las nueve de la mañana, con los tacones en la mano, los ojos negros de tanto reír y los pies bailando sin parar. En pleno centro de esa ciudad que todavía no ha acabado de conquistarte, en hora punta, cuando la gente sale de casa con café en mano y con prisas de comenzar la rutina, mientras que tu, tu sigues bailando, en plena calle de Gr, con solo unos ojos mirándote, o quizás algunos mas, pero al fin y al cabo que mas da. Seguro que se morían de envidia. La misma envidia que sientes ahora de aquella felicidad transitoria, de lo fácil que era deshacerse del mundo, de lo sencillo que era sonreír, besar y bailar. Preguntándote cuanto tiempo crees que podré bailar sobre tu mano.

Hasta que aquel autobús número once me llevase de vuelta a la vida real. Y entonces todo vuelve a ser como cuando querías escapar. Volver a ese banco y volver a volar.
Pero aquí sigues, inventando una huida, para no perderte entre tanta mentira.

jueves, 24 de mayo de 2012

Pero mañana sal a bailar.

Odio los días raros. Esos que no sabes muy bien como empiezan, que no están marcados por la rutina de clases y de vuelta a casa cuando comienza el medio día.
Días en los que no hay guión, ni horas, ni pautas. Días que empiezan al revés, en los que a momentos tienes ganas de comerte el mundo y en otros solo quieres desaparecer, quedarte encerrada en ese coche, poner la música a todo trapo y quedarte en el asiento de atrás donde los cristales están tintados y el mundo no te puede ver.
A ratos tu mente te salva llevándote dos meses por delante, o en las peores ocasiones te juega una mala pasada haciendo que todo vuelva a la superficie y las heridas vuelvan a sangrar.
Y todo se empeora cuando no puedes parar de llorar, y ni si quiera sabes porqué! Cualquiera pensaría que estamos locas y solo nosotras sabemos la verdad. Pero solo puedes resignarte, y llorar y llorar, y dejar de ser fuerte, y ponerte la película mas triste del mundo, comer hasta que te duelan los dientes, meterte debajo de la manta mas grande que tengas y hacer que las sábanas blancas acaben negras de secarte tus ojos con ellas. Y llora lo que quieras, que ya tendrás tiempo de recuperarte. No siempre podemos ser valientes. 
Y llorar, eso no nos hace peores personas. Nos hace humanos.

martes, 22 de mayo de 2012

Que os den por donde mas os duela.

Al final todo vuelve a ser igual. La has vuelto a cagar. Y otra vez has vuelto a confiar. Confiar. Confianza. Palabras que hoy en día no tienen ningún peso en este mundo, los mas ilusos lo hacemos, confiamos, ¿para qué? para ser felices durante esas milésimas de segundo en las que hemos querido confiar, para no dejar de sonreír, aunque a penas sean dos o tres horas, o lo que dura una mentira. Las que acaban cayendo por su propio peso, al igual que los mentirosos, aunque estos, tarden mas en caer.
Confías por miedo a no hacerlo y equivocarte, y quieres creer que todo es verdad, que las mentiras no tienen cabida en este mundo cuando en realidad, son el motor. Y da verdadero asco.
Asco de confiar en alguien, de creer, de cerrar los ojos, de dejarte llevar, de darte la vuelta y estar seguro que nada va a pasar.
Pero pasa, siempre pasa. Y entonces ya es tarde, porque dan donde mas duele.
Y perdonar se perdona. Pero olvidar, no se puede olvidar.


lunes, 21 de mayo de 2012

Despertarme y haberlo olvidado todo.

Al final no sabes como ni porqué pero te encuentras en el mismo sitio en el que empezó todo aquel desastre de tu vida. Vuelves al sitio del que partiste, solo que con otra persona diferente, sin ojos verdes, pero con la misma sonrisa que hace que pierdas el norte. Con el. Con la misma persona que había criticado todos los actos del otro. El que no entendía que vi en el y como pude volverme loca por alguien así. El mismo que no entiende en que momento me deje llevar por todas esas mentiras sin lógica. Y al final hizo lo mismo que el. Mentir.
Basar todos esos besos en mentiras, para que no acabaran, mintiendo para que no me fuese a casa, para que al día siguiente esperase. Pegando patadas al sol, para no dejarme ir.
Vuelves a mirar a tu alrededor, y todo es exactamente igual, con las mismas mentiras, y sigues siendo esa tercera persona, la que espera como una imbécil a pasar al primer puesto. La que se choco con trescientos muros, a la que le rompieron el corazón en tantos cachitos que ni ella misma era capaz de encajar. Y de repente llegas tu, a ayudar a recomponerlo. ¿Para qué? ¿Para que una vez que consigas que vuelva a ser el mismo volverlo a destrozar? Como si de un juego se tratase.
Como os gusta enredar las cosas, probar lo prohibido, tirar la piedra y esconder la mano. Como os gusta mentir. Y como os jode que os pillen.
Y lo peor de mentir no es que mientas, es que ya no sabes cuando dices la verdad.
Pues lo siento, pero no pienso volver a estrellarme con ese muro que tantas veces acabo conmigo.


domingo, 20 de mayo de 2012

En contra de toda lógica.

Y entonces es cuando la vida empieza a despegar. Cuando dejas de encasillarte, de quedarte esperando eso que nunca va a pasar o por lo menos por ahora. Al final todo cambia, por muchos muros que levantes o por muchas veces que digas "no es posible". Hasta que decides seguir, por otro lado, haciendo que todo sea mas fácil, sacrificando ciertas cosas por ciertas sonrisas. Reir. Reír hasta levantarme al dia siguiente con agujetas en la tripa, besar sin importarme el mundo, gritar sin pensar en quien pueda oírme, y pedir perdón por los errores que cometí un dia. Cerrar definitivamente esa herida y negarme a abrir otras similares. Ese sitio se parece mucho del que vengo y por cual me dejaría la piel para no volver. Como si ese principio ya lo hubiese vivido, y no quiero que vuelva a ser. Los besos se acaban a las ocho. Lo firmamos en el contrato. Donde quedaba prohibido esperar cualquier cosa, por pequeña que sea.
Ya no importa nada. O no quieres que te importe. Pensar que es diferente es corroborar lo imbéciles que somos las tias cuando aparecen los no-principes en nuestra vida mientras que le damos patadas en el culo al principe de verdad.
Bah. Siempre igual. Dices que no, te enamoras, te da la patada y lloras.
Pero esta vez no. Esta vez no hay principio ni final ni nada. Esta vez la historia es al revés. Yo ya no lloro. Y menos por mentiras. Ni por pies sin cabeza.


domingo, 13 de mayo de 2012

Viviendo rápido para no pensar.

Y cuando frenas te das cuenta de las cosas. Cuando sales de tu mundo durante cuarenta y ocho horas, para respirar aire limpio, aunque sea caliente, aunque te sobre hasta la piel por culpa de los cuarenta grados que hace en pleno Mayo. El mundo esta loco. A lo mejor somos nosotros los locos.
Lo que te decía, es que al final te das cuenta que las cosas no están en el mismo sitio, que de nada sirvió hacerte la sorda y la ciega, porque al final explotas. Y todo cambia. Ya no llueve, tus prioridades dejan de serlo, y ya no te enamoras. Personas que solo estaban en tu vida para rellenarla pasan a ser personas imprescindibles, y otras caen por su propio peso. Los que estaban siguen estando, aunque a veces sea sin estar. La vida ya no duele tanto. Y con alcohol en vena el mundo se ve mucho mas fácil. Y sonríes, por lo que tienes, porque otros no tienen ni la mitad.
Y aunque a veces parezca que todos los días son Lunes no es así. Habrá días que el sol brille mas en otra parte, que todo el mundo vaya en tu contra, e incluso que ese día te toque ser la mala malísima de la película que no hace nada bien.
Sin embargo hay días en los que dejas de ser la amiga de la protagonista, y comienzas a crear tu propia historia, recolocando, cambiando las posiciones, aireando el pasado y renovando el día a día. Luchando por sobrevivir sin hacer que sea una tortura. Solo, una aventura mas. Como las mil y una noches.



viernes, 11 de mayo de 2012

Que no dejas que te quieran, solo quieres que te abracen.

Tú, la chica de los ojos del color de la cocacola, la que sonríe a las sonrisas, y sueña con conquistar el mundo. Tú que necesitas a alguien que te recuerde que tu puedes contra gigantes y monstruos, que saliste nadando, a contracorriente y con los huesos de cristal. Tú que necesitas que tus historias vayan a cinco kilómetros por hora para no marearte, para disfrutarlas, que buscas al hombre perfecto, y cuando lo encuentras no lo quieres. Tú que vivirías a base de principios, de cal y arena, de tira y afloja. Tú que sueñas con vivir al lado del mar, o sobrevolar la Torre Eiffel y desaparecer en París. Tú que cuando estas con ellos solo puedes sonreír. Tú, que aunque no siempre caíste de pie conseguiste levantarte, con la cabeza alta. Tú. Serás como la última y mejor versión de ti.

lunes, 7 de mayo de 2012

Despertarme y haberlo olvidado todo.

Dicen que lo que nos hace fuerte en esta vida es tener la capacidad de levantarnos después de cada golpe, de no rendirse, de poner la otra mejilla. Que la fortaleza se mide por las sonrisas que finges al día cuando en realidad lo único que quieres es huir de allí. Coger la salida 118 que te lleva a casa, olvidarte de esta ciudad donde se ha instalado el invierno y no quiere irse ni a patadas. Escaparte, desaparecer, y dejar de ser fuerte pos un momento, porque no puedes mas, porque los sueños se gastan, y ya no quedan ilusiones que te ayuden a dormir. Porque has salido herida de las mil batallas que libraste, menos que muchos otros, pero herida al fin y al cabo. Y necesitas parar. Poner el contador a cero, recordar cual es el motivo por el que estas aquí, porque a veces, como dice Joaquin Sabina, nos sobran los motivos, pero en momentos como ese me faltan.
Hasta que aparecen. En forma de personas. De tus personas. De las que no van a dejar que te hundas después de haber llegado hasta aquí. De las que formarían una barrera en la salida 118 para impedirte todo intento de huida. De las que te recuerdan porque estás aquí.
Y por ellos, intentas sobrevivir, hasta mañana.


viernes, 4 de mayo de 2012

El corazón me pide vacaciones.

Intentas no pensar, dejarte llevar, que tus pies bailen al ritmo de la música, y que en tu cabeza no quede ninguna historia que te haga volver atrás. Intentas amarrarte el corazón, ponerte varios caparazones, uno por cada vez que te rompieron el corazón. Intentas que esta vez sea diferente, consciente de que los besos se acabaran cuando salga el sol, al igual que Cenicienta deja el baile a las doce, los besos se acaban a las ocho...
Y los días pasan, y esperas sin querer esperar, aunque no sabes muy bien el qué. Creyendo que conoces sus pensamientos, cuando ni si quiera aciertas con los tuyos.
Buscamos un poco de emoción. Sin promesas que cumplir, con palabras de esas que después se olvidan con el sol.
No hay un nosotros. Ni tampoco un tú y un yo. Dando patadas al sol. Olvidándonos de todo lo haya ahí fuera.
Solo existe el tiempo, que acaba cargándoselo todo.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Quisiste ser universal.

¿Te acuerdas cuando hace aproximadamente un año tenías el corazón roto en tantos cachitos que jamás pensaste que se arreglería?
Que te pensabas que eso iba a ser para siempre, que el dolor no se iba a ir, y los recuerdos tampoco. Que siempre ganaría lo bueno, y que estabas dispuesta a borrar la mano.
¿Recuerdas cuando te quedabas por las noches dormida en el sofá por si aparecía?
Jamás pensaste que lo superarías hasta que no apareciese alguien que te lo sacase de la cabeza o aun mas difícil, del corazón. Y pasaban los meses y solo aparecían "aspirantes a" y conforme ibas descartando posibilidades iba aumentando el convencimiento de que era el y nadie mas.

Ya han pasado muchos días, muchas noches y muchas tardes. Han sido muchos los días que han llovido como aquella noche de Marzo. Y se puede decir que aún no ha aparecido nadie que me haya robado el corazón, y aún así, en contra de toda lógica, ya no eres tú. Ya no estás tú. Desapareció todo resquicio de vida y recuerdos en mi vida de nuestra no-historia. Y se acabó. Sin clavos que saquen a otros clavos, sin segundas partes, sin puntos y finales. Se acabó. Por mi, lo conseguí, yo sola. Y creo que nunca olvidas del todo a alguien hasta que no lo haces por voluntad propia.

Que te vaya bonito, que no te vaya mal, y que el tiempo te deje donde tengas que estar.