domingo, 29 de abril de 2012

Y el corazón por estrenar.

Ahora estás en casa. Ya puedes oler el mar al abrir la puerta. Ahora tienes a cien metros a tus cuatro ángeles, y estás bajo el mismo techo que los héroes de tu vida.
Pero sigues igual. Lloras. Y no sabes porqué, y tampoco quieres que te lo pregunten, y eso te basta. Porque si lo hiciesen no contarías la verdad, no sabrías por donde empezar a hablar, porque ni si quiera sabes por donde empezar a sentir.
Quizás todo se deba a todos los pasos en falso que has dado estos últimos meses, a todas las veces que callaste al pepito grillo, a todo lo que esperas, pero no llega, y cuando llega, no es.
A como cambian las cosas, y como desearías que no lo hubiesen hecho.
A como te pierdes, y nadie te encuentra.

sábado, 28 de abril de 2012

Jugando con fuego al menos no te ahogas.

Siempre nos pasamos el tiempo esperando, esperando que ocurra esto o aquello, que pase el tren, aunque nunca lo cojas. Esperando. Y esperando.
Desesperando de esperar. Hasta que dejas de hacerlo. Hasta que ya no esperas nada ni a nadie. Hasta que dejas que las cosas ocurran por acción del universo. Hasta que de esperar, perdiste medio corazón en el camino y tus alas no volvieron a volar. Por esperar, por esperarle. Desesperaste. Y ya no esperas, ni a el ni a nadie. Sin excepción a la regla, tu misma debes ser esa excepción, que no cumple las reglas.
Con veinte primaveras a penas puedo decirte que la vida no espera, que o corres o te pillan, que a Caperucita se la comió el lobo por mucho menos. Por confiar.
No quiero decir que vayas por la vida con espada en mano matando putas y dragones. Simplemente que tengas la armadura a mano, para ponértela cada mañana, y quitártela cada noche, hacerte vulnerable, y dejar de estar en pie de guerra. Olvidarte de luchar y de pensar. Y sentir. No pensar, y actuar. Hasta que amanezca, hasta que vuelvas a coger ese autobús que te saca de tus sueños para llevarte a la realidad cada mañana. Para que veas que el mundo es mucho mas horrible de lo que pensabas, de que las personas, pueden llegar a ser el arma de destrucción masiva mas grande del mundo, pero que afortunadamente, esas personas solo son una pequeña parte, que con suerte, se van quedando en el camino, para quedarte con los que esperan. Con los que te esperan. Con los que por ellos, vale la pena coger ese autobús cada mañana.

domingo, 22 de abril de 2012

Sácame de aquí, que no puedo respirar...

Ni si quiera ha empezado la semana y tu ya estas deseando que termine, ya estas con los ojos negros, escuchando canciones que en lugar de sacarte de la mierda te hunden aún mas en ella. Harta de todo lo que te rodea, cansada de dar mas de lo que recibes. Tus piernas no pueden sostener el peso de tu vida, y tu corazón...tu corazón hace tiempo que no late como antes, porque al igual que cuando rompes algo, por mucho que intentes pegar los trocitos después, nunca vuelve a ser el mismo.
Te bajaste no sé en que parada. Y sigues sin volver a la vida. Hay algo en ti que no va bien, y odias darte cuenta, y solo quieres gritar, pedir ayuda, y que alguien te de la solución. Buscas pero no encuentras, miras pero no ves. Vives pero no sabes el qué.
Miedo. Inseguridades. Socorro. Pena. Desilusión. Desesperanza. Olvido.
No sabes que ocurre. Porque tu vida solo se llena de cosas horribles. Porque sientes que todo se te va de las manos, que personas que estaban ya no están, que gritas, pero nadie te escucha. Que quieres salir de aquí pero todas las puertas están cerradas, a cal y canto. Ya no quieres reír. 
 Y ahí fuera no se oye el ruido del mar. Esto no es CASA.
Barco de papel.

Vuelas no sé hacia donde solo desplegando las alas.

Si leemos entre lineas, el mundo se encarga de gritarnos que dejemos de provocar las cosas, de intentar accionar el mundo. Que no nos damos cuenta de que el mundo se acciona solo, que las cosas ocurren únicamente cuando sales una noche a tomarte unas cervezas con unas amigas para intentar olvidar lo pérdida que estás. Sales y te encuentras. Y lo encuentras. Y todo se vuelve borroso.
Solo eres una chica en un bar que conoce a un chico en un bar. Engañada por las apariencias y calada por su sonrisa. Colorada hasta el último centímetro de tu cuerpo, no por estar cantando esa canción a voz en grito, ni porque parezca una escena de esas de las películas. Si no porque ahí está. Mirando.
Aunque ni si quiera sabes si es a ti. Pero lo buscas. Y buscas su mirada, su sonrisa y su voz. Nunca nadie te hizo temblar con su voz, y mucho menos con una canción.
Disimulando. Borrando. Planteándote y planeando todo lo que tenga que venir. Prometiste que no lo volverías a hacer. Que dejarías de hacer planes.
Y mira, justo cuando dejaste de planearlo, aparece.
¿Quién? No lo sé.



jueves, 12 de abril de 2012

Prenderé fuego al colchón que reventó nuestros otoños.

Quizás estemos condenados a odiarnos, a autodestruírnos. A querernos en secreto, a ser el subconsciente del otro, a ser la persona en la que piensas cuando no quieres pensar. Condenados a no poder querernos, por no saber, o por no intentarlo. Prefiriendo tocar el infierno con los dedos, lanzarse en caída libre a la vida real, encontrarse pérdida, y no encontrarse hasta que no nos encontremos. Condenados a olvidarnos sin ni si quiera habernos amado. Condenados a olvidar todas esas noches que no pasamos juntos, todos esos abrazos que perdimos en el camino, y todos los te quiero que jamás llegaron a salir. Separando nuestras vidas, sacándonos a patadas: tu de mi y yo de ti. Condenados a no poder borrar la marca de tus dedos en mi piel, a descubrir las heridas cuando tus ojos se claven en los míos. Condenados a separarnos, sabiendo a ciencia cierta, que jamás podremos olvidarnos.
Si nunca te hubieses cruzado en mi camino, hubiésemos estado condenados a encontrarnos.

Que si no es en otra vida, yo ya no te puedo querer.

viernes, 6 de abril de 2012

A veces sobran reflejos, a veces falta valor.

Los días tristes dieron paso a las siguientes tres estaciones, sin darte cuenta eras un año mayor, y ni te acuerdas de que ya tienes veinte primaveras. Volviste a aquellas calles empedradas, a tus sitios favoritos. Delante de una taza de café a las 5 de la tarde, escribiendo todo aquello que te pasase por la cabeza...siempre tenías otra cosa en la cabeza..
Últimamente solo tenías la sensación de estar buscando. De buscar sin saber si quiera lo que quieres encontrar. Convencida de lo que no quieres encontrar, pero pérdida. Aún así, ahí sigues, pérdida, donde nadie pueda alcanzarte, donde la felicidad es un modo de vida, y tu sonrisa, el motor. No queda hueco para más, y hace ya tiempo de la señal, de los fracasos, y los celos.
Quizás la vida te enseñó a no esperar, a no hacer caso al corazón, a no romper las reglas...Quizás...
Pero ¿qué es la vida si no esperas nada, si solo acatas ordenes de la razón y nunca sacas los pies del tiesto?
Pues yo te lo digo, una auténtica mierda.

jueves, 5 de abril de 2012

Nos queda el presente, que ya es suficiente.

"Los restos del naufragio quedaron esparcidos, o desaparecidos, o rotos. Es lo que tiene surcar los mares en barcos de papel. Y no sé si fue amor o ganas de arder, el caso es que si lo piensas, tampoco fue tan bonito. Sólo fue. Como todo en esta vida. Y cuando un soplo de aire trajo hasta mis oídos tu nombre, el día se tiñó de amargo. Yo, que te buscaba en los ojos de todos los desconocidos del metro, ya no te busco, por si te encuentro. Que tatué nuestra historia en una estrella, me vendería por venderla. Me vendería por borrarme. Y ya no te busco, por si te encuentro. Por si estás. Que si tú, yo no. Que si ahora apareces, me voy. Como antes te fuiste tú, como en realidad también me fui yo. Las cosas graves nunca importan al final (hablando en clave, para disimular). Me escapé, lo reconozco; y las cosas que han pasado, yo me las he buscado. Me aguanto. Y ahora te echo de más, porque no soporto el peso de cargar con tu nombre en mi espalda; no soporto el peso de ti. 
Sólo fue. Y lo que fue, ya no es más."