sábado, 11 de octubre de 2014

Kilómetros.

A veces la distancia no se mide en kilómetros. No hay unidades de medida fijas, ni exactas. A veces las distancias se miden en silencios, en ausencias, en días, en corazas, en sonrisas, en besos o en lágrimas. En maletas cargadas con mas ganas que otra cosa.
Sea lo que sea hoy la distancia es mucha distancia.
Mensajes de ¿estás despierto?, esperando a que alguien esté dispuesto a escuchar al otro lado del teléfono que quizás no soy tan fuerte como creía.
Que las ciudades grandes no están hechas para mi. Y a lo mejor esto tampoco.

domingo, 8 de junio de 2014

Let me go.

Déjame ir. Deja que me vaya. Que se acabe. Que nos perdamos, que me pierdas. Que no vuelva. Que escribamos el final.
Déjame (sobre) vivir.
No quiero que vuelvas si no es para quedarte, no quiero que vengas, sueltes un par de migajas y te vayas, no quiero esperarte, que me mires desde el otro lado de la barra como si no hubiera nada más. No quiero quererte más, no quiero ni puedo.
Y no sabes como lo he intentado, como me he autoconvencido de que volverías,
de que esta vez sería, serías, y seríamos diferentes.
Pero es imposible.
Que los imposibles también existen.

domingo, 1 de junio de 2014

Has destruido todo lo que te rodea, has espantado a todo el que se te acercara a jurarte amor eterno, has puesto bombas, derribado muros y has llorado por todas esas ruinas. Has dejado que entren hasta el fondo de tu vida y lo desvalijen todo. Te has autodestruido, y has dejado que el te destruya con solo mirarte, le has otorgado ese poder, por el simple hecho de ser capaz de reconstruirlo todo con un abrazo.
Has esperado que vuelva, que te quiera, que abra los ojos, pero cada vez que vuelve solo es para volver a destruirte, y esa forma de querer es una mierda, créeme.
Es de locos querer a alguien y destrozarla para hacerselo saber. Es de locos esperar a alguien que solo duele, por el mero hecho de creer que es el único que puede hacer que deje de doler.
Pero hay corazones por ahí dispuestos a arreglar(me) el mundo, a no destrozarme para quererme, a no quererme sin decirlo, a no dejar que el orgullo gane todas las batallas.
La cuenta atrás a comenzado, podría contar los días que quedan para hacer esa maleta verde por última vez y a la mierda tú y la ciudad más gris del mundo.
Ya no podrás romperme.

Y adivina quien va a ganar esta vez.

miércoles, 14 de mayo de 2014

Las personas así no saben querer de otra forma.

Todavía recuerdo aquella noche, como la esperanza brillaba en los ojos.

Habían pasado más de trescientas noches sin ti. Y en unas pocas tú volverías a cruzarte por mis ojos.
Yo intentaba convencer a mis ángeles de que esta vez sería(s) diferente.
Intentaba convencerlas a ellas,
a ellas y a mi.
Pero todos sabemos que yo solo esperaba un milagro, y los milagros están para otras cosas.
Pasaron los días,
te buscaba, te encontraba y te perdía, y luego lloraba por ti, como antes y como nunca,
y todo la misma noche.
Nunca llegaste a volver del todo, ni a cambiar como yo esperaba que lo hicieses.
Yo seguía empeñada en hacerte diferente, imborrable, infinito,
y tú empeñado en ser como los demás.
Así hasta que una se cansa de que no la quieran, y al final aprendí,
-a base de golpes, de lágrimas, y de gritos de "no puedo más"-,
a quererte de otra forma, a aceptar que tú ya no me buscas porque yo no puedo darte lo que tú quieres, que me has querido, pero a tu manera. Y que yo te quiero, pero a mi manera,
y eso no es suficiente, así que por infinita vez, hago  las maletas y me voy.
Y huyo, que es lo que mejor se me da, trasladando los problemas de un lado a otro, corriendo para no cruzarme contigo, y respirando por no verte por mi vida, y entonces es algo más fácil.

Ya han pasado otras casi trescientas noches,
a mi ya no me brillan los ojos,

y tú ya no eres infinito.

viernes, 11 de abril de 2014

Como pesa.
pelear con imposibles
confiar en que volvieras
creer que fueras tú.

Pero el camino se acaba. Los minutos se gastan y es una pena.
Porque no volverás a encontrar a nadie que te quiera como yo.
A nadie que te busque como yo.

Olvidarnos es mucho más fácil que volver.

Que te quiero,
y que no vas a encontrar a nadie que.









Que se acabó.

C'est fini.

jueves, 3 de abril de 2014

Y afuera en la ciudad, sigue lloviendo.

"- O sea, ¿volvemos a hablar de amor otra vez?
- Si, volvemos a hablar de querer lo que te hace daño, tío, ¿sabes?, de esto que...
- Que no puedes evitarlo.
- Si, que estas viendo como algo te está tirando par abajo, y te está haciendo polvo, pero dices "pero no puedo, pero necesito una vez más"
- Si es una adicción a una persona, a una cosa.

- Si pero lo necesito un rato más, ¿no?, y esta canción habla de eso."


Vamos a matar muriendo.

sábado, 22 de marzo de 2014

El amor es un juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño.

Siempre es más fácil quedarse,
quedarse callado, parado, quieto, dentro de los límites que hacen que sea más fácil quererte que olvidarte.
El problema es cuando sobrepasamos esos límites.
Cuando lanzamos piedras contra nuestros respectivos tejados para gritarnos:
"oye, que estoy aquí".
Pero se nos olvida que no hay tejados,
que las piedras duelen como balas,
que nos matamos a golpes en vez de matarnos de amor.
Que jugamos a matar.
Y el problema de jugar a matar, es que solo puede ganar uno.
Y el amor no es eso.

Créeme que no.
De veras que nunca has sentido algo semejante a eso.
Algo que te muerde por dentro, que te desgarra, que te duele,
que no te deja ser tu, que te pierde, que te gana.
Algo a lo que no puedes sobrevivir,
a lo que no quieres sobrevivir.
Solo olvidar.
Escapar, correr, olvidar, borrar, que deje de doler, de morir.

Que no puedo más.
Que no quiero más.

lunes, 17 de marzo de 2014

Si tu me dices ven lo dejo todo. Pero dime ven.

Todavía siguen volando los restos del naufragio. Y que como tu dices de eso hace ya mucho tiempo. Pero de nosotros no. Y a veces el tiempo no es suficiente, no basta, no cura, ni calma. Solo nos desarma, nos aleja y nos vuelve a juntar. Y a lo mejor el destino somos nosotros mismos. A lo mejor estábamos destinados a no ser, y solo a querer. Pero yo no he vuelto a volar tan alto, y me aterra no poder hacerlo si no es contigo.
O que sueltes la cuerda y yo caiga,
o que tires y ganes. Me ganes.
No se que me aterra más,
si contigo o sin ti. Si conmigo o sin mi.
Quizás si que haya que decidir si seguirte al fin del mundo, con el riesgo que ello conlleva, y con el orgullo que habría que destruir. Porque quizás si tardamos mucho más ya sea demasiado tarde.
O quizás el tiempo tenga otros planes para nosotros al igual que los tuvo cuando volamos en mil pedazos.

Y no, no quiero que te vayas, los quedaté ya se quedan cortos, y las ganas muerden, el tiempo afixia y lo peor es que corre en nuestra contra.
Pero nosotros mientras jugamos a hacernos daño, a estamparnos realidades, a llamarnos a gritos sin soltar palabra, a buscarnos, a encontrarnos y a volvernos a perder.
Nos conocemos demasiado bien.
Y nunca acabará,
hasta que uno de los dos deje de respirar.

martes, 25 de febrero de 2014

Los días contados.

Al final si que va a ser verdad que te vas,
que nos vamos.
Que tenemos los días contados. Y se acabaron los años de esperarte. Esperarte para nada. Porque te vas. Porque nos vamos.
Y ya no vale la pena luchar por nada.
Ya no vale volver a quererte con fecha de caducidad. Sabiendo que te vas a ir
Ya no volveremos a ser, ni a sentir. Se acaba, porque nos vamos. Porque tres años son demasiados años esperándote. Porque yo te llevo en todas las maletas y tu me olvidas en cada aeropuerto.

Porque decías que tenías que crecer, que solo eras feliz en movimiento.

El tiempo corre en nuestra contra,
y el destino o el karma o llámalo como quieras, también,
el caso es que ya no saben como gritarme que no eres para mí, y yo empeñada en que sí.
Pero han ganado los kilómetros, y que una vez vale. Pero se acabó.
Me voy de la ciudad más gris del mundo para no volver.
Y quizás tú también. Solo que con destinos distintos, con futuros separados y nada parecidos.
Se acaba,
y esta vez de verdad.

martes, 18 de febrero de 2014

Será que es Febrero.

De repente sonríes y a la mierda las nubes, la lluvia y los días grises. A la mierda el autocontrol, el "yo ya no te quiero", y que no eres lo que merecía. Y solo te gritaría "sube que te llevo", lejos pero contigo, donde no hubiese recuerdos y todo lo malo se convirtiese en bueno, donde la espera haya merecido la pena, donde pueda quererte sin "y si" de por medio. Donde no haya Lunes, ni Domingos, y yo despierte a cada sonrisa tuya, donde temblemos, pero no de miedo, de querernos. Firmar treguas, y rendirnos a todas esas guerras, que ganásemos los dos, que me despertases todas las putas mañanas y me durmieses todas las noches. Que destrozásemos todos los límites de la felicidad. Donde quererte sería tan fácil y tan bonito. Donde no tuviese que adelantar los relojes para verte, donde pudiese quedarme para siempre contigo, y que se joda el mundo, que nadie nos encuentre, y descubriríamos todos esos planetas que quedan por descubrir y empezaríamos de cero, o de diez.
Donde no tuviese que decirte "quédate" porque te quedarías para siempre. Donde el techo sea el edredón y el suelo nuestro colchón, y nos reíriamos del invierno por no poder con nosotros. Donde no habría días sin verte, ni búsquedas, ni encuentros forzados, ni causalidades. Y entonces sería para siempre.
Donde los "no eras lo que merecía"
se conviertan en
"da igual porque te quiero".

lunes, 17 de febrero de 2014

Como cuando te lanzo lejos pero siempre vuelves, y a mi aun no me ha dado tiempo a escapar, y todos los caminos llevaran tu nombre, como si tú fueses el final y el principio de todos ellos. Como si fuera tan fácil pasar página, y no recordar aquel Febrero, que ojalá hubiesen sido aquellos, porque uno no fue suficiente, y ojalá tu hubieses sabido quererme.
Cada vez cuesta más creer en "el día menos pensado", que aparezcan otros ojos que me hagan vibrar o temblar, solo que éstos no duelan. Y créeme cuando te digo que ya no se que hacer, que ni contigo ni sin ti, ni sin ti ni conmigo. Que me escuece pero no lloro, pero tampoco te vas, ni tan siquiera te quedas. Que no se que hacer, que el tiempo pasa, y quizás estemos más lejos de lo que creímos.

domingo, 9 de febrero de 2014

Ojos que no ven, corazón que te miente.

A veces no vale solo con huir, que huir calma las heridas, pero no las cierra, y cuando vuelves todo sigue como estaba, sube la marea, aparecen los relámpagos, y vuelve a doler. Y vuelves a huir.
Porque de lejos no dueles, ni flotas, ni apareces para desarmarme. Porque lejos no pienso en mi contigo, si acaso solo en ti.
Y ya sabes, ojos que no ven, corazón que te miente. Que ya se encargará el mundo de que me acuerde, que ya aparecerán las casualidades para encontrarnos cuando no quiera verte, y para pintarme tu nombre allá donde vaya, para que no se me olvide en cuantos trozos me rompiste, y yo me dejé romper.
Y por más que quiera escapar de la zona cero, correr, irme y no volver, todos los caminos llevan al mismo sitio. A ti. Al naufragio. A donde ya no queda nadie.

Ahora entenderás por qué no quiero volver, por qué solo se me da bien huir.
Que seis meses son todavía muchos meses,
muchos días de quererte y muchos de huir.

viernes, 24 de enero de 2014

GG

B: ¿Qué somos Chuck?
C: Blair...
B: En Otoño me dijiste que no podíamos estar juntos, pero cada vez que intento pasar página estas ahí, como si…
C: ¿Cómo si qué?
B: Como si quisieras que fue tan desgraciada como tú.
C: Yo jamás desearía eso. Quiero que seas muy feliz.
B: Pues entonces busca en el fondo de tu alma y dime si lo que sientes por mi es real o un juego nada más. Si es real saldremos adelante los dos juntos pero si no, por favor, déjame marchar… 
C: Solo es un juego y no me gusta perder, eres libre


S: ¿Chuck por qué has hecho eso?

C: Porque la quiero y no puedo hacerla feliz.

miércoles, 15 de enero de 2014

You could be happy.

Si nos ponemos a contar, han sido más las veces que te he olvidado a las que te he querido, y aún así, la balanza sigue inclinada hacia tú lado.
Todo el mundo habla de amor, de los amores verdaderos, de los de toda la vida, de que si lo sientes y demás chorradas varias,
y que si son de verdad, vuelven, porque si no se volverían locos,
esa parte casi la cumplimos, porque yo ya me he vuelto loca,
pero tú no has vuelto.
Llevo dando vueltas en círculos desde que llegaste, y me ha dado tiempo a rendirme once veces y a quererte doce. He cerrado por derribo, y tras unos cuantos parches volvía abrir en las noches más inoportunas.
Te até al 2013 para que murieras con el, pero se me olvidó que también lo hice con el 2012, y con el 11 y no sirvió de nada. He aceptado el silencio como respuesta, he creído que de verdad me olvidaste, he contestado a todas mis preguntas con respuestas que me permitían al menos dormir por las noches.
He huido de ti, y he vuelto a escuchar la lista de reproducción que siempre sonaba cuando tú me hacías sonreír, y por 3 minutos es como si volvieses a estar.
He entendido que no eres lo mejor para mi, pero hay algo dentro de mi que todavía no le queda muy claro. Créeme que he querido olvidarte, con todas mis ganas, pero no han sido suficientes, quizás haga falta algo de kilómetros de por medio, pero que miedo si aún así sigues aquí dentro después de hacer todas esas maletas.
Pensé en gritarte que te quería, o que te quiero (no lo tengo muy claro), como en las películas, solo que ahí todo es bonito,
y esto es la vida real, que solo es bonita a ratos.
Te reirás cuando te cuente que en realidad nunca quise que te fueras, y yo lloraré cuando me digas que tú si querías irte.
Me encerrarán, por loca, porque hay que estar muy loca y ser demasiado gilipollas para quererte, y lo peor de todo, para creer que vas a volver.
Ya es invierno, no quedan hojas en los árboles, y el frío me hiela los dedos, aunque eso siempre. Y tú todavía no has vuelto, como si me importara. Como si por eso fuera a olvidarte.
Tú sabes que yo siempre estaré esperándote, aunque no quiera, aunque no pueda. Es el precio del peaje, el precio a pagar por haberte convertido en mi rutina, en mi inercia, en mi ciudad más gris del mundo.

Pero no me quedan monedas,
y yo ya no se que hacer.
Sálvame.

jueves, 9 de enero de 2014

Distinto. Diferente. Desigual.

Solo hace falta querer que algo no ocurra para que ocurra.
Como cuando no quiero que aparezcas,
y apareces.

Como cuando estás a kilómetros de distancia y no dueles. 
Como cuando yo no quiero volver, por no verte, y te veo. 
Como pensarte por inercia, como buscarte sin conciencia. 
Como desear que pasen los días para borrarte.
Como olvidarte y estallar de felicidad.
Como llegar a la ciudad más gris del mundo del mundo y romper a llorar,
porque tú estás, y yo siempre acabo buscándote.
Como decirte que todo es tan fácil cuando no estás. Como darme cuenta de que tampoco fuimos para tanto, y que he perdido muchas noches temblando por ti.
Como que ya no te quiero, y quizás nunca lo hice, quizás solo volé, y eso es lo que recuerdo.
Como escapar de ti.
Como que escapes de mi.
Como Septiembre que llegará para perdernos para siempre. Y no. No te echaré de menos en Septiembre.
Noviembre será bonito, solo porque tú no estarás, y yo no te pensaré.

Como antes de que llegaras y todo era tan fácil.