sábado, 28 de septiembre de 2013

A veces el amor también puede ser triste.
Puede ser que los finales felices no existan, que las heridas decidan no curar, y el tiempo no avance.
Que tu sigas colgada de esos ojos que te taladran, hasta dentro. Que te recuerdan por qué no te volviste a enamorar.
Seis días han sido suficientes para querer escapar de allí, para darte cuenta de que es imposible sobrevivir a su lado.
Y no puedo quererte.
Pero te quiero.
Pero no puedo quererte, porque quererte es destruirme, es lanzarse al vacío, y cuando digo vacío es solo eso, vacío.
Quererte es matarme, morirme, dañarme, romperme.
Quererte es llorar seis días a cambio de sonreír uno.
Quererte es un fracaso, una condena a muerte, quererte es una mierda.

Y se supone que el amor tiene que ser bonito, que puede que de vez en cuando duela, pero al final siempre es bonito.
Y lo nuestro es de todo menos bonito.
Y no sabes como duele,
porque hay amores que no son recíprocos, otros que se gastan, otros que con el tiempo se vuelven secos y frágiles, otros que quieren más o menos, pero el nuestro es imposible, y cuando digo imposible, es que es imposible, no improbable. Imposible.
Y eso si que duele, querer a alguien pero aceptar que sois imposibles, que tú seguirás siendo el mismo, y yo esperaré otros cuantos años, dos, tres o diez, por si estos no han sido suficientes.
Y créeme que no quiero quererte, no quiero esperarte, y mucho menos tenerte.
Porque quererte más que a mí no sirve de nada si yo dejo de ser, y ya no tendrás a nadie que te quiera así.
Y entonces, fin.

lunes, 23 de septiembre de 2013

23 de Septiembre de 2013.

Ya está.
Ya habían pasado mas de doscientas noches sin verte, incluso trescientas. No sé, dejé de contarlas.
Y esperé.
Te esperé.
Esperé que hubieses querido a alguien tanto como yo te quise a ti, que temblaras, que soñaras con verme aparecer.
Que nos creyésemos invencibles. Que nos riésemos de los años, que le escupiésemos al tiempo, y fuéramos miles de veces mejor de lo que fuimos.

Pero el tiempo no pasa en balde.
Pero a veces si, y aunque yo no me acordara de tu voz, sigue siendo la misma de siempre.
Pero aquí te espero, a que me destroces, a que me vuelvas a hundir en mundos desconocidos, a que me salves, a que cambies, y seas lo que espero, o lo que quiero.
Pero nos quedamos a años luz, a besos de distancia, a sueños imposibles, a quiero pero no puedo,
A ti, a nosotros.
Y volver a tu realidad duele, peor no tanto como cuando nuestro mundo dejo de girar.
Tus ojos verdes siguen perdiéndome, y tu no has cambiado nada, sigues a mas flor de piel que nunca. Volar no te ha sido suficiente, y necesitas más, pero yo te di todo lo que tenía. Y ya no queda nada, ni nadie.
Peor es pensar que lo hiciéramos aún peor, Que los huesos pudiesen doler mas que aquel día que dijiste "pues ya esta, si no quieres que vuelva a aparecer no vuelvo" y como he querido desde entonces volverte a ver, que vuelvas a hacerme querer, por muy malo que seas, y por mucho que yo no me merezca tal o cual.
El amor es ciego.
Y nosotros mucho más.
Y yo no quiero volver a romperme, volver a tocar fondo esperando verte quererme, o verte matar monstruos por mi, o verte renacer de nuestras cenizas, y que volvamos a ser esa puta mierda que mueve mi mundo, peor que el extásis, que el cannabis, que todas las drogas que puedan volverme loca.
Pero no tanto como tú.
Aunque algún día se acabará, dejará de doler, de quemar, de picar.
Quizás tengas que volver a romperme.
A hundirme.
A quererme.

martes, 3 de septiembre de 2013

Imagínanos.

Me he ido a dormir al lado de la ventana.
Por si vuelves.
Por si aún te quedan ganas, y besos.
Por si de repente vuelve a ser Febrero y a ti te da por venir a darme las buenas noches.
Por si recuerdas mi calle, mi puerta, mi cama.
Por si me echas de menos, y quieres ver como me va la vida sin ti.

Yo he vuelto a la ciudad mas gris del mundo con mas ganas que miedos, con la esperanza de que los años te hayan dado una vuelta de corazón, de que tiembles cuando me veas aparecer, y de tu boca solo salga un "Joder", que resuma todo lo que fuimos y lo lejos que nos quedamos.
Que aparezcas y me arregles el día, aunque luego me jodas la vida,
que volvamos a aquel puto 17 de Marzo, y tu no me creas,
que no te creas que no quería verte por mi vida,
que no te creas que yo iba a estar bien sin tus manos, sin tu sonrisa infinita.
Imagínate que tu hubieses decidido matar monstruos por mí, esos que no me dejaban dormir si tu no estabas conmigo.
Imagínate que yo te hubiese dado aquel beso que me pediste antes de estallar en mil pedazos, ese que te negué, y que irónicamente es el mejor que recuerdo.
Imagínate que no hayan pasado dos años,
cinco meses,
y diecisiete días.

Imagínanos.