miércoles, 20 de febrero de 2013

El tiempo que se tarda en dar una explicación podría ser el que se emplea en un último baile.

Se me había olvidado lo que era olvidarte, en el sentido de no ser la primera persona en cruzarse por mis ojos aún en blanco cuando aún están poniendo las aceras.
Como si de repente fuese fácil olvidarte, y voy recogiendo todas esas señales que lo único que a hacen es alejarme de ti, y dejarme leer entre renglones torcidos que aún quedan muchas piedras con las que tropezar, y que ya es hora de seguir todas esas señales, de olvidar aquel veinte de febrero en el que pusimos todo del revés. Ahora yo no me quedan ni ganas de pensarte, ni de esperarte, ni de quererte. Los recuerdos comienzan a alejarse de la orilla, hasta nuevo aviso, como siempre hace la marea.
No sabes lo que daría por enamorame de otros ojos que no sean los tuyos y volver a estallar de felicidad. Ahora se que lo haré, y no será contigo. Lo juro, juro que te olvidaré, y todos esos Febreros ya no serán tuyos, ni nuestros. Ya no serás tú y yo no seré contigo.
Y es una pena, porque podríamos haber tenido el record del mundo en querernos.

lunes, 11 de febrero de 2013

Mientras tú llegues siempre tarde y yo siempre esté esperándote.

¿Cuánto camino llevabas andado pensando lo mismo que yo? 
Ni si quiera los días podrías contarlos, habías perdido de vista el reloj.
La puntualidad de los sentimentales que estiran el tiempo como si un "adiós" fuera a durar toda una vida, una despedida que no terminó. 
Tendré que acostumbrarme, a lo mejor, a la impaciencia de que tú llegues siempre tarde y yo siempre esté esperándote.
Que yo te esperé y tú desesperaste entre tardes fugaces. Se hace de día, en una ciudad que no es mía y el chico que duerme a mi lado nunca sabrá que existías. Jamás se hablará de ti en la comida, y eso que a veces, cuando atardece, pienso en la vida que voy a perderme. Luces incandescentes. Sueño que vienes a verme.
Si dejáramos de lado todo aquello que nos duele, tendríamos un sitio para volver a ser alguien diferente, mientras tú llegues siempre tarde y yo siempre esté esperándote.

Vaya sensación, algo se quemó por dentro del caparazón. Yo debía estar ardiendo.


miércoles, 6 de febrero de 2013

+ A mí tú no me llamas puta. Cuando te conocí, creí que había encontrado a la persona con la que iba a pasar el resto de mi vida, ¿sabes?. Eso creí. Y todos los chicos, los bares, y mis traumas evidentes me daban igual, porque te había encontrado. Tú me dejaste, escogiste a Addison y me estoy recuperando. No te pediré disculpas por cómo decido reparar lo que rompiste. No te permito que me llames puta.
- Lo nuestro ha terminado. Se acabó.
+ Por fin.
- Si, ya está.
+ Ya lo creo.

martes, 5 de febrero de 2013

Puta vida.

Vuelve Febrero. Vuelven los recuerdos. Pero no vuelves tú, y te aseguro que sería capaz de raptarte para el resto de mis días. Y aquel puto beso en la mejilla, o quizás aquellos, me declaran totalmente compatible con tu vida, recordándome que quizás si...atornillándome el corazón, notando como cada grieta vuelve a sangrar, como sigue luchando por latir, sin ti. Muriendo de miedo ante la posibilidad de que todo sea una puta locura y que en realidad no recuerdas ni uno de esos segundos en los que me dejaste sin respiración.
Muriendo de celos por pensar en cuantos labios habrás engañado, y si alguno caló mas hondo que otros. Aún así, sigo respirando, excepto cuando los recuerdos disparan a quemarropa, y algo dentro de mi muere por gritar que se acabé ya, porque ya no puedo más, "déjame ya en paz, o quiéreme tanto como para estallar...".

Estallemos juntos, pues.