jueves, 7 de junio de 2012

A veces no es suficiente con quererse.

Todo es como una maldita montaña rusa. Como si un día el pasado estuviese tachado y otro día a flor de piel. Como si de tanto intentar odiar no has podido dejar de sentir. Días que te da igual que el malomalísimo te rompiese el corazón, porque por una milésima de segundo estarías dispuesta a perdonarlo todo. Y días en los que das gracias de que todo lo que está pasando no te pase a ti. Días en los que echas de más, y días en los que aún sientes sus ojos clavados contándote mil historias mientras te hacías la dormida. A ratos en los que dejas de querer, y a otros en los que volverías días atrás para intentar arreglar lo que hiciste mal. Para convencerte de que si hubieses tragado mas mierda de la que tragaste todo llegaría a buen puerto. Queriendo odiar sin dejar de querer. Pintando historias encima, borrando recuerdos con besos ajenos, recomponiendote pedazo a pedazo. Dejándote caer, para luego, volver a subir. Escribiendo cartas en servilletas, en tu diario, en tu piel a la vez que intentas borrar tu propia historia. Queriendo echarte de mi vida. Intentar entender por qué apareces cuando mi mente dice que no y el resto de mi cuerpo dice que si. Devuélveme las alas. Ayúdame. Ayúdame a olvidarte, a olvidarnos, a olvidarme. ¿Y si en vez de querernos tanto hubiéramos probado a querernos bien?. ¿Y si...? ¿Y si...?
Nunca lo sabremos.
Vete ya.