martes, 15 de octubre de 2013

Te prometo que no te echaré de menos.

Es raro.
Porque hoy no hace frío. Ni llueve.
Pero si que te has vuelto a cruzar, y eso de no temblar todavía no lo llevo muy bien, aunque voy mejorando. Y tú no sonríes, y yo (sin saber por qué), me pregunto por qué,
aunque eso me hace más fácil lo de no temblar.
Y yo ya no lloro, y tú no sonríes. Es un poco irónico ¿no crees?
Aunque no tenga nada que ver. Y menos ahora. El vértigo ya no es ninguna excusa, y la caída ya no puede salvarnos, porque ya te digo yo que allí abajo no hay nada.
Suelo bajar a tus infiernos cada vez que me cruzo contigo, pero sigo sin poder sobrevivir, quema.
Así que es más fácil irse, grabarme en la piel que no, que no eres mi calma, ni mi meta.
Que te escribo porque así es más fácil deshacerme de ti.
Tampoco te creas que es fácil, pero tampoco me lo hagas más difícil.

Piensa en la de cosas que nos estamos perdiendo por no dejar de esperar.
Perdón.
Piensa en la de cosas que me estoy perdiendo por no dejar de esperarte.
Preferí el todo o nada a esa espera, y aquí estoy, a mil canciones de ti,

pero sigo bailando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario