martes, 11 de septiembre de 2012

Habían pasado ya mas de las quinientas noches necesarias para olvidar desde aquel Marzo que no paro de llover. El malomalísimo desapareció del mundo, de mi mundo, quizás solo aparecía en esas ocasiones en las que una parte de tu cuerpo aún lo buscaba de reojo. Una historia que no tuvo ningún principio pero si un final, de esas que te dejan en la cuerda floja, de esas que te hunden hasta sentir dolo en partes del cuerpo que ni siquiera sabías que existían. Ahora esa historia está a años luz de tu sonrisa. Pero a veces aparece, titubeando, intentando hacerte recordar, haciendo que notes con las yemas de tus dedos todas esas cicatrices que ahora están mas que curadas, pero que ahí están. Como los recuerdos, como tu sonrisa y esa forma desafiante de buscar mis ojos cuando yo no quiero encontrar los tuyos. Ya no son tus ojos los que me quitan el sueño, ni tu risa, ni tu voz. La vida no es tan puta como tu me la pintaste. Y todos esos barcos de papel, naufragaron. Ahora llévatelos, en tu maleta, a miles de kilómetros de distancia.