miércoles, 12 de diciembre de 2012

Ojos que no ven...

Fíjate si hay que ser valiente para decir un "te echo de menos". Cuantas veces nos atragantamos con las palabras que no dijimos el día del naufragio. Cuantos amores se quedaron en imposibles por no gritar un te quiero a tiempo, o por no mandar a la mierda el universo con sus lógicas que pierden todo su fundamento cuando tropiezas de repente con su sonrisa. Las guerras que perdimos por no fijar una tregua entre nuestros dedos, por no retroceder, o en su defecto avanzar y comerte a besos. Como nos repetimos veces y veces el "si me quiere me buscará", aunque sabes que si por mi fuese nunca te hubiese perdido.
Pero el orgullo, los celos, las inseguridades y los miedos, se encargan de mover el mundo, de alejarme a kilómetros de ti y de recordarme porque no quise volver a volar sobre dos ruedas.
Solo quedan los restos de aquel amor que cambiamos por orgullo, -Tú por querer ser de todas y yo por quererte solo para mi-. Y me imagino como será tu vida a dos mil kilómetros de esta gasolinera, pensando en si estarás cogiendo todos esos aviones, en cuantas camas habrás visitado, si en las paredes de allá donde estés estará pintado mi nombre, si me habrás olvidado como yo no hice.

Pero me canso. Me canso de echarte de más y luego de menos, y luego otra vez de más. Me canso de quererte, de esperar que vuelvas. Me canso de volver al principio, de que seas tú y no quien yo quiero que sea. Me canso de que al final todo sea catastrófico, de que atraigas los relámpagos. De pensar que esto es verdad, cuando en el fondo es una gran mentira que yo misma he decidido creer para pensar que es mejor lo malo conocido, para creer que eres el amor de mi vida.
Pero el amor es mucho mas que todo esto. Y no quiero esta mierda, en serio, no la quiero. No te quiero, no nos quiero. Y si tengo que romper a patadas todos esos circulos cerrados los romperé, y si no tengo que verte en siglos, mejor. Hasta que pase la tormenta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario