sábado, 27 de octubre de 2012

Cuando piensas que no puedes mas, es cuando todo se ha acabado.

A todos nos han roto el corazón alguna vez. Alguna vez nos han matado los recuerdos, hemos pasado noches en vela llorando, desgarrándonos y pensando que no se puede llorar mas, hasta que vuelve a amanecer y te das cuenta de que sí. Todos hemos querido escapar, huir, desaparecer y hacernos invisibles. Hemos gritado de dolor hasta que nos sangrase la garganta, intentando espantar a todos esos fantasmas del pasado.
Hasta que de repente, te das cuenta que quemar todas esas fotos no van a borrar todos esos recuerdos que tienes pintados en el corazón, que esas calles no van a desaparecer por mas que evites pasar por ellas, que el corazón sigue latiendo, sobreviviendo y haciendo un esfuerzo por seguir adelante mientras que tu solo quieres volver a atrás, y pintar todos esos "¿y si?" en tu vida que ya no es vida. Así que decides pasar por encima de ellos, pisar esos recuerdos, aceptarlos y digerirlos, asumir que ese Noviembre, ese Marzo, y ese Septiembre son parte de esas 4 paredes donde ahora se rien de todo lo que te han visto pasar, de como intentaste gritar para que el mundo se parase y tu pudieras recomponerte, de como cuando cerrabas esa puerta te rompías en tantos cachitos que tu misma eras incapaz de volver a montar los Lunes por la mañana, de como quisiste, y dolió, y de como odiaste, y dolió aún mas. De como solo querías que acabase, de cualquier forma, pero que acabase, que olvidases definitivamente, que llegase ese momento en el que al acordarse de esa esquina, de esa gasolinera, de ese autobús, de esa esquina del bar, de ese beso en la mejilla mientras no paraba de llover, solo sintienses esa punzada de nostalgia, sin que quemase.
Sin que ardas, ni duela.
Es curioso el destino, ahora soy yo la que se ríe entre esas 4 paredes.