Ahora ya es tarde. Siempre es tarde. Los humanos tenemos esa capacidad innata de llegar tarde siempre. De no llegar a tiempo, de dejarlo para mas tarde, de no decir "Te quiero" o "te echaré de menos" a tiempo.
Ya han pasado veintisiete meses desde que no pronuncié aquel te quiero, o aquel te voy a echar de menos. Y ahora te echo de menos mas que nunca, y te quiero como a nadie, y es una pena que ya no lo puedas escuchar. Aunque se que lo sabes. Porque se que estás, porque apareces cuando te llamo, y me das la mano cuando lo necesito, porque eres mi ángel de la guarda, y tu me das las alas para volar. Porque desearía que estuvieras aquí solo para volver a verla sonreir, para que vuelva a ser ella, porque cuando tu te fuiste, parte de ella se fue contigo, y no sabes como os extraño, a los dos, con vuestros besos, vuestros abrazos, demostrándole al mundo que el amor existe, y que vosotros erais mi mayor ejemplo de ello.
Aún no entiendo como, ni cuando, ni porque. Sigo sin verlo justo, y sigue pasando el tiempo, pero tu no vuelves. Y cada vez que llamo a tu puerta, no es tu respiración la que escucho al otro lado.
Porque ya, no somos veintidós...
Te quiero, mucho, muchísimo, por siempre y para siempre...
No hay comentarios:
Publicar un comentario