viernes, 13 de enero de 2012

Si me aguantas la sonrisa, te regalo el corazón.

Siempre decías que tu eras de esas chicas que no se enamoraba a primera vista, que andaba con pies de plomo, que te cubrías las espaldas como nadie y que no le regalabas a nadie tu confianza a no ser que antes te diesen algo a cambio. Algo que valiese la pena.
Pero no cumpliste lo que prometiste. Te enamoraste a primera vista, no una ni dos, sino infinitas veces, anduviste sobre arenas movedizas y dejaste tu espalda al aire, dejando que el viento te contase los lunares. Regalaste sonrisas y confiaste ciegamente en cualquiera que se interesase por ti. Rompiste las reglas, y te rompieron el corazón. Pero también te lo recompusieron. Lloraste mares, y reíste hasta formar océanos. En apenas media vida has conocido el cielo y el infierno.
¿Sabes que te quiero decir?
Que sin conocer el infierno, no eres capaz de reconocer el cielo.

Y desde aquí arriba, todo es demasiado bonito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario