jueves, 20 de junio de 2013

Pese a que el no la quería, ella seguía sin querer olvidarlo.

Siempre dicen que cuando una herida escuece es porque está curando, que el tiempo lo cura todo, que un clavo saca otro clavo, y que hay besos que sanan las heridas.
Y yo me lo creí.
Igual que te creí a ti.
Igual que nos creí a los dos.

Pero es mentira. Todo eran mentiras.
De repente me di cuenta de que ya nunca estabas, y me aterré. Y no me lo creí. Supe que volverías, que yo volvería a caer,
¿cómo no ibas a estar si yo te convertí en el amor de mi vida?,
¿cómo no ibas a volver se te sobrevaloré tanto que sobrevolamos el resto del mundo?.
Imposible creer que desaparecieron los restos del naufragio, que ya no llueve, y todo vuelve a estar en su sitio, como antes de que tu llegarás. Que ya no huele a ti en el salón, ni mi almohada, ya no recuerdo tu voz. Ni recuerdo porqué me quedé, porqué volví.
Quizás incluso mueras de ganas por volverme a ver, y yo muero de ganas de que no vuelvas. Y cuando menos me lo espere quizás vuelvas a aparecer, y volvamos a empezar, o quizás me de cuenta de que al otro lado de ese hilo rojo no estás tú, y yo llevo años escribiendo que sí.
Desapareciste, y aparecías en los momentos mas inoportunos, aún sin estar, me tropezaba con tu nombre, con tus fotos, o con tus palabras. Con tus "te quiero, aunque no me creas". Quizás el problema esté en que sí me lo creí, o en que cada vez que escriba la palabra mentira en el buscador de una forma u otra aparezcas tú.
¿Puedes creerte que probé decenas de clavos?, que pasaron miles de días, que robe besos y besos, pero no curaba. Solo escocía. Pero no curaba. Y yo te quería, no se porqué pero lo hacía.
Y te convertí en mi destino, en la historia sin acabar, en el final de los finales, en el príncipe que rescata a la princesa.
Pero nunca fuimos príncipes, si a caso bellas y bestias, la mala y el bueno. Tú tenías un paracaídas bajo la manga para llegar a tierra sano y salvo, mientras que yo seguía planeando, hasta que la gravedad hizo el resto. Los restos del naufragio acabaron en la basura, y los recuerdos están gastados de tanto usarlos.
Ya solo queda verte aparecer y no volver a temblar.

Y es que no me dí ni cuenta, pero ya nunca estabas.

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