El típico "no quiero necesitarte porque no puedo tenerte" cobra mas sentido que nunca. Claro que no quiero quererte, no quiero necesitarte, ni echarte de menos. E incluso a ratos siento que esos momentos contigo ya los he vivido, con otro. Y no puedo. No puedo volver a caer en el mismo error, no puedo volver a tropezar con la misma piedra. Tu me lo dijiste "no soy malo, pero si un cabrón". Y yo soy la típica que se enamora de los cabrones, la típica masoca que le gusta estrellarse contra el muro una y otra vez creyéndose invencible, la típica que cree que verás la luz y te presentaras en mi puerta y viviremos un final feliz.
Pero se te olvida que los finales nunca son felices.